Domingo de ensueño y mexicanidad
- Epifanio Estrada

- 10 sept 2023
- 2 Min. de lectura

Es día domingo. La pasión blanca como multicolor de los pueblos se enciende. Toda la creación vegetativa contribuye a su vida palpitante. Es la comunión inalámbrica para todos los coloquios. Es el enjambre humano que se extiende en busca del polen sagrado para hacer fecunda la subsistencia familiar o para fortalecer un vínculo hecho de plegarias adosadas al cintilar perenne de las estrellas.
Se dice blanca, porque de las veredas, caminos, recodos, flancos, como de las cimas de las montañas o cerros, se ve brotar el palpitar del alma indígena con sus herencias, porque nuestros campesinos se desprenden por esas prominencias sinuosas, pero a la vez atrayentes y fúlgidas, luciendo todo un ropaje blanco cual fuego pirotécnico de gardenias, nardos y jazmines.
Es multicolor, porque de los pueblos del valle o de la llanura, sus habitantes van cediendo al influjo de la época y visten limpios, pero con esa diversidad de colores en sus prendas domingueras que son reflejo de la vida creciente actual. En otro aspecto, se salga o no del hogar, asearse o cambiarse de ropa, es como una jerarquía de pundonor creciente y latente, a manera de pintorescas CALANDAS, en que se lucen primorosos tocados. Hay tradición y señorío de siglos en la suprema elegancia de sus trajes típicos, verdaderos poemas de ensueño por su excepcional belleza y arraigo indígena. En ellos se destaca siempre la "nueva patria, joven, poderosa, vertebrando al México de hoy, conciliador y consciente, de todos los valores sin tiempo, fundidos ya en una nacionalidad indivisible y omnipotente". Es un tatuaje de patria nacional única en donde vivimos y nos desenvolvemos todos los días con la elegancia acrisolada del bien y del triunfo.
Libro: La Escuela en Espíritu
Autor: Epifanio Estrada Cruz





Comentarios