Cultura prehispánica
- Epifanio Estrada

- 6 sept 2023
- 4 Min. de lectura

Al consumarse la revolución del 10, hay una pausa pletórica de interrogantes de los "por qué" de las cosas, del "por qué" de la tragedia del indio mexicano como "carne de cañón", "peonaje", "enganche", "leva", "tienda de raya”, “ley fuga", "cuartelazos", "fusilamientos"; el "por qué" de su pereza y sus vicios, cuando por su ascendencia directa pertenece a una raza cuyo linaje es de trascendencia heroica y única.
Cuando Cristóbal Colón descubrió América, encontró que los indios — nuestros antepasados gloriosos-, "eran incomparablemente más ricos, más cultos y más industriosos; poseían artes que ya olvidaron los actuales; fabricaban preciosas telas de plumas; beneficiaban los metales; tenían arquitectura e industrias propias. Los aztecas, pueblo activo y laborioso, llegaron a colocarse a la cabeza de la civilización americana, construyendo canales, calzadas, suntuosos edificios y manifestando aptitudes para la pesca y para toda clase de industria. Los aztecas conocían profundamente la agricultura, el modo de labrar las tierras, de sembrar los granos, de extirpar los campos de yerbas nocivas, de recolectar las semillas y tenían grande habilidad y predilección por el cultivo de las flores, conocían así mismo el comercio y los traficantes mexicanos viajaban constantemente de ciudad en ciudad comprando efectos en una y vendiéndolas en otra; fundían los metales preciosos, fabricaban joyas curiosísimas y de gran valor; construían notables acueductos como los de Chapultepec y Cempoalan, tajos colosales como el de Nochistongo, tan importante y perfecto como el de Culebra en Panamá, de reciente construcción y su arquitectura era tan grandiosa que escribía Cortés a Carlos V: "tenía, -refiriéndose a Moctezuma- dentro de la Capital, cosas tan grandes y maravillosas, que no puede dar a entender de otro modo su excelencia y grandeza, si no es diciendo que no iguales en España". Conocían la astronomía, las Ciencias Naturales y la Botánica, llegando a dar a conocer al naturista español Don Francisco Hernández 1200 plantas con sus propios nombres y 200 especies de pájaros y gran número de cuadrúpedos, peces, reptiles, minerales, etc.; tenían buenos músicos, pedagogos, escultores, pintores, practicaban juegos y ejercicios gimnásticos y tenían idea del Teatro como institución moralizadora e instructiva y se asegura que se servían de balanzas para pesar los metales. Francis A. Allen, en su obra "LA TRES ANCIENN AMERIQUE" dice que "la tragedia que en el viejo mundo tuvo por desenlace la caída del Imperio Romano, se repitió en el Nuevo Mundo y que los godos, los hunos y los vándalos de América, consiguieron destruir una civilización que podría rivalizar con los de Roma, de Nínive, del Egipto y de la India".
"Si se estudian las peticiones que se hacían al rey de los conquistadores, se descubrirá que no se piden tierras, ni aguas, ni minas, ni montes. Se piden indios en encomiendas, es decir, la riqueza fundamental es el hombre, porque con él se adquieren todas las cosas que ha inventado y explotado, porque con el indio adquiere el europeo el dominio de la tierra y de las riquezas naturales que por milenios le habían pertenecido".
¿Habrá quienes nieguen su configuración histórica aun reflejando en su propia piel el color broncíneo de sus antepasados? Más próximo a nuestra época: JUÁREZ, EL INDIO SUBLIME Y SÍMBOLO DE LA JUSTICIA Y DE LA PAZ, que quiso sacar de la miseria de su pueblo, nuevas fuerzas para conquistar su libertad y el bienestar de su descendencia, es un libro abierto con incrustaciones de una moral innata, la moral de su convicción, la moral de su libertad, la moral fraterna que liga en cordones de horizontes, el rapto estético de la solidaridad humana. ¿Habrá quienes la nieguen? Pues los hubo, los hay y no sé por qué tanto tiempo los habrá.
Sin embargo, no hay un solo ejemplo en la historia donde la libertad se halla conquistado desde arriba, porque siempre se ha logrado desde abajo, por los de abajo, porque desde abajo se forman los pilares que dan vida al edificio de sus anhelos, para conquistar su glorioso pasado que es simiente de hombres libres, fuertes y progresistas.
El entusiasmo reformador que alentó a Clavijero; el pensamiento positivista de Gabino Barreda; el fervor generoso, patriótico y encendido de Justo Sierra; la meditación heroica de Antonio Caso; la inquietud, la temperatura y al cromática vibración que se advierten en el iberoamericanismo de Vasconcelos, así como las iniciativas que cristalizaron en los artículos 30 ., 27 y 123 de nuestra Constitución Política vigente, dieron origen a una nueva educación ejemplificada en una escuela para la vida, fuera de la sepulcral, tradicionalista y alimentada por sepultureros poderosos económica y socialmente, que nada tienen que ver con la filosofía de los maestros mencionados, porque poseían la clave de la formación social e ideológica que enseña al hombre a convivir dignamente con nuevos atuendos de cultura.
Así la revolución, con un movimiento emancipador, orienta la educación popular hacia la reforma integral, tendiendo a la democratización de la enseñanza. Así se inclina a planos redentores y especialmente a la clase humilde, a la clase de todas las clases en lo ancho de su genio y en la resistencia de su adversidad impuesta.
Libro: La Escuela en Espíritu
Autor: Epifanio Estrada Cruz





Comentarios