top of page

A Zaragoza


ree

Señor, renaces con las rosas

En cada primavera,

Rosas maravillosas

que dan vida a nuestra bandera.


Ayer, nos diste una victoria

Trayendo a tus pies,

La fama y la gloria

Del inmortal soldado francés.


Esa lección, formó el destino

Y el anhelo del hermano,

Enseñándole el camino

Que quiso el pueblo mexicano.


¡Francia!, tu dicha no es de leones

Ni diana de clarines,

Es, fe de redenciones

Que irradia en todos los confines.


Por eso, aquí en nuestros cantares

Con tu nombre nuestra alma goza:

Porque es el amor del gran Juárez

Y del valiente Zaragoza.


Libro: Rayito de Luz

Autor: Epifanio Estrada Cruz

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page